Transoxiana Index

JEO2005

Segundas Jornadas de Estudios Orientales
"Oriente-Occidente Ayer y Hoy"

Transoxiana, Journal Libre de Estudios Orientales
Escuela de Estudios Orientales, USAL

Inicio | Programa | Resúmenes | Ponencias | Fotos

11 al 15 de octubre de 2005
Entrada libre y gratuita
Declaradas de Interés Cultural de la Ciudad de Buenos Aires

El Budismo: Liberación por la mente

Carlos Rúa (USAL)

En el siglo VI AC la India pasaba por un período de gran florecimiento espiritual-intelectual, las Upanishad, fruto final del desarrollo védico, enseñaban que el verdadero ser del hombre (atman) yacía bajo sus experiencias conscientes, se identificaba finalmente con el eterno Brahman inmanente en el universo. La finalidad del hombre consiste en apartarse del mundo de los sentidos para volverse al mundo real de Brahman, que se encuentra en su interior. Por lo tanto los que se aferran al ser individual y viven en el mundo de los sentidos quedan encadenados a la tierra por las fuerzas retributivas de la naturaleza (karma).

El objetivo final del hombre es alcanzar la liberación del ciclo incesante de transmigraciones (producto del karma se vive una y otra vez nuevas vidas), liberarse del mundo irreal generado por el pensamiento humano, y la única manera de lograrlo es con el conocimiento intuitivo de la identidad del ser real y trascendente del hombre y del Brahma universal. El hombre busca liberarse (moksha) de la finitud de su existencia humana haciendo incapié en la virtud moral, principalmente de naturaleza negativa o ascética, y en una seria disciplina mental, aunque la salvación solo puede conseguirse por una iluminación del mundo superior.

La búsqueda de la divinidad dentro del hombre se oponía a la religión ritualista de los sacerdotes brahmanes, pues eran ellos los únicos que podían comunicar al hombre la ley divina. Para salvar el problema generado en las Upanishad, de la falta del sacrificio, los jefes religiosos establecieron que los ancianos podían estudiar las Upanishad y los jóvenes tenían que basarse en las Brahmanas. De esta manera los principios ritualistas se mantenían durante la etapa de juventud y de padre de familia, una vez cumplida con estas obligaciones se podía abandonar el hogar y retirarse al bosque a meditar y buscar lo divino en el interior del ser humano.

De esta manera el culto mágico del sacrificio, para alcanzar fines materiales deja paso en las personas pensantes a una religión de auto-conocimiento de aceptación de la presencia latente de lo divino en todas las criaturas. Pero el mundo concreto de la naturaleza (las montañas, los árboles, los animales, los dioses, etc.) era, para la mayoría de los hindúes, un mundo real, por lo que siguieron adorando a los dioses y ofreciéndoles sacrificios para solucionar los problemas de la vida.

Hay que señalar que hubo precursores al pensamiento de Buda en el sentido de encontrar a Dios en el interior de su propia alma por medio de la introspección de la mente humana para lograr encontrar el factor de la experiencia mental que lleve al hombre a lo eterno. Por ejemplo podemos citar a Kapila que enseñó psicología mucho antes que Gautama. Kapila es considerado el fundador del Samkhya. Este sistema enumera veinticinco factores psicológicos, siendo el primero, Purusha, el hombre real o espíritu, que brilla con luz propia y permite el funcionamiento de los demás factores. Otro precursor fue Mahavira, el fundador del Jainismo, que buscaba practicar una forma extrema de ascetismo de tal manera que se acelerara la ruptura entre el cuerpo y la vida sensorial. Tanto Kapila como Mahavira no reconocieron ningún dios personal y trascendente, ni un Brahmán unitario.

También debemos señalar las prácticas mentales presentes en el Yoga, aunque los Yoga Sutras de Patanjali son bastante posteriores a Buda los principios básicos son efectivamente pre-búdicos, tenemos referencia al Yoga en la Katha Upanishad (6,11) donde encontramos la idea de restringir los sentidos y enganchar las experiencias mentales a un mundo superior. Es interesante señalar que precisamente en la Katha Upanishad aparece por primera vez el término Buddhi como "iluminación intelectual".

Por lo que vemos cuando Buda nació el mundo a su alrededor presentaba incipientemente un impulso nuevo con ideas novedosas sobre la salvación, enfrentadas al ritualismo tradicional de los Brahmanes. El común de estas ideas es su aspecto psicológico y el buscar un camino para escapar de esta vida de los sentidos para alcanzar una vida más rica, la experiencia mental interna.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta en el Budismo es que el propio Buda en ningún momento pretendió ser otra cosa que un ser humano. Su idea gira alrededor del sufrimiento humano y quiere indicar un camino para que el hombre encuentre solución a ese problema, sin la necesidad de fuerzas sobrenaturales o externas a él.

Otra cuestión importante a tener en cuenta es que en su búsqueda de la curación del sufrimiento humano renunciara al ascetismo, elemento que como vimos anteriormente estaba implantándose en el Hinduísmo. Comprendió que el castigo corporal lejos de dar paz y claridad mental arruinaba la salud y embotaba la mente.

En su iluminación comprendió solo dos cosas que se convertirían en el fundamento de toda su enseñanza: la verdad de la existencia del sufrimiento y la verdad de la existencia de un medio para lograr la liberación de ese sufrimiento. Pasó el resto de sus días exponiendo su método para ayudar a los demás.

Su enseñanza, definida tradicionalmente por las "cuatro nobles verdades", se sintetizaban en cuatro puntos:

  1. La verdad de que existe sufrimiento
  2. La verdad de que hay una causa para ese sufrimiento
  3. La verdad de que el sufrimiento puede cesar
  4. La verdad del camino que conduce al cese del sufrimiento

Buda sostuvo que se podía alcanzar en esta vida un estado de paz, no por el sacrificio a los dioses, ni por oraciones, sino por un esfuerzo contínuo y abnegado de perfeccionamiento mental. Unas de sus últimas palabras que aparecen mencionadas son "Perseverad atentamente", es decir perseverar en la atención para ver con claridad el mundo y ver a nuestro prójimo sin envidia, sin odio, sin juicio. Para alcanzar esto es imprescindible conocernos íntimamente, ver claramente la fuente de felicidad e infelicidad presentes en nuestro interior.

El ser budista no es otra cosa que seguir los pasos de Buda poniendo en práctica su enseñanza en nuestra propia vida. La única cualidad que se requiere tener para entrar en el budismo es saddha que significa "fe" en el sentido de confianza basada en conocimiento, o dicho de otro modo confianza en que hay un objetivo a alcanzar.

La doctrina de Buda puede reducirse a tres puntos clave:

  1. Dejar de hacer el mal
  2. Aprender a hacer el bien
  3. Purificar la propia mente

El primero resume el código moral, basado en el conocimiento individual, a través de la experiencia, de los resultados de las propias acciones. No hay agentes externos, no hay dioses, no hay mandamientos, no hay leyes, sólo cuenta el conocimiento basado en una elección empírica y cuidadosa. Hay sí una llamada clara al sentido común y al orden social.

En el segundo punto, aprender a hacer el bien, es en donde comienza el verdadero trabajo constructivo, que lo podríamos sintetizar en la palabra dana que significa dar. Este dar a los demás no debe entenderse en el sentido de limosna para mantener nuestra conciencia tranquila, sino desarrollar una voluntad de dar lo necesario en cualquier lugar y tiempo que surja una necesidad. Muchas veces aparece sintetizada esta idea con la premisa de que el discípulo de Buda debe sentir por todos los hombres lo mismo que una madre siente por su hijo.

Pero es el tercer punto el que a mi entender es el más importante, pues como vimos anteriormente el Budismo no es una religión revelada, se basa enteramente en la experiencia humana. El discípulo de Buda no cree en nada a menos que haya encontrado que es cierto por su propia experiencia. Por lo tanto su claridad mental va ha representar su herramienta más importante, ya que tiene que razonar por sí mismo cada paso, debe llegar a la experiencia de la verdad no por lo oído sino por su propia experiencia.

Para alcanzar la claridad mental necesaria la meditación juega un papel clave en el budismo, se la divide en dos categorías: samatha, para el desarrollo de la calma y la concentración y vipassana, para el desarrollo de la comprensión.

La meditación samatha trabaja con objetos determinados, sean internos o externos, para desarrollar nuestra concentración y de esa manera lograr que nuestra mente se tranquilice. Para darnos cuenta de su proceso vamos a ver algunos ejemplos. Un objeto muy utilizado para meditación es el disco de cuatro colores llamado Kasina, consiste en un disco con los colores rojo, blanco, amarillo y azul; es interesante mencionar que la fabricación misma del disco por parte del practicante es ya motivo de meditación. Se lo coloca a la altura de los ojos a una distancia de unos 40 cm. El meditador inicia la práctica centrando la mirada en el disco, sin forzar la visión en ningún momento. Pasados unos minutos se cierran los ojos manteniendo la imagen del disco en la mente, al desvanecerse la imagen se vuelve a repetir el proceso hasta que termine el tiempo especificado para meditar. Con el correr de la práctica la imagen del disco permanecerá más tiempo en la mente con los ojos cerrados, llevándonos a poder concentrarnos cada vez por mayor tiempo.

El mandala, figura simétrica muy utilizada en la India y el Tíbet para meditar, sería una forma más perfeccionada de un kasina.

Otra práctica de meditación muy utilizada es la llamada anapanasati, que consiste en la observación de la inspiración y espiración que realizamos al respirar. Debemos señalar que esta es la meditación que realizaba Gautama antes de convertirse en Buda, es decir de lograr la iluminación. El meditador cierra los ojos y concentra su atención en la punta de la nariz, observando con su mente el paso del aire, puede si lo desea contar las exhalaciones para lograr más concentración.

Por último podemos mencionar también el uso de una palabra o frase, que se repite mentalmente una y otra vez, buscando que la mente no tenga otro pensamiento más que esa palabra.

Cualquiera sea la forma elegida el meditador debe observar todo lo que sucede durante su meditación para ver en que momentos es más clara su imagen, al principio o al final de la práctica, cuantas veces se distrae, etc. Paulatinamente irá logrando serenidad mental y con el tiempo surgirá alguna imagen, como puede ser una figura de Buda, en forma absolutamente natural, como resultado del alto grado de concentración alcanzado. Cuando esto ocurre, puede tardar meses o años, el meditador abandona el soporte anterior de meditación y se concentra en esta nueva imagen, siempre en forma serena sin presionar la observación o verse perseguido por ella.

Los budistas nos dicen que se logran tres ventajas importantes con la meditación Samatha.

La primera de ellas es que el meditador poco a poco va ir extendiendo el estado de calma que logra en su meditación a otros momentos de su vida diaria, llevando serenidad y un estado de paz especial a lo largo de todas las horas del día. Eso le va a permitir que frente a los problemas que la vida le presenta va a poder manejarlos con mayor capacidad y menores temores y nerviosismos. No se va a sentir agobiado por el peso de las responsabilidades que tiene que enfrentar.

El segundo beneficio que se menciona es alcanzar un estado de éxtasis. La mente al permanecer concentrada en un punto central llega un momento en que pierde la referencia conceptual a favor de una conciencia pura, es decir no hay ya verbalización sino experiencia. Se vive un estado de plena felicidad y alegría que va adquiriendo cada vez mayor profundidad.

El tercer beneficio es el que se agrupa como poderes psíquicos especiales, como ser la levitación o caminar sobre el agua, que no solo los budistas sino muchas otras culturas orientales, consideran que son hechos naturales que se logran al tener un cierto grado de desarrollo humano. También se destaca que estos poderes deben manejarse con prudencia ya que el adepto puede caer bajo su fascinación y quedarse anclado a ellos estancándose su desarrollo, impidiendo el objetivo final perseguido que es la liberación de la causa del sufrimiento.

El otro tipo de meditación que mencionamos era la vipassana, ésta se basa en el principio de atención y toma como objetos los que están en movimiento, tanto internos como externos. Como ejemplo podemos volver a tomar como tema a anapanasati, el movimiento de inspiración y espiración, la atención la enfocamos en las ventanas nasales pero mientras en la meditación samatha nos centrábamos específicamente en las fosas nasales ahora el objeto de meditación es el movimiento del aire que entra y sale. No vamos a buscar tranquilidad, ya que esto lo conseguimos con samatha, sino que comenzamos a preguntarnos sobre los procesos que produce la respiración. Es decir que buscamos mirar con profundidad el aspecto de las cosas. En esta meditación cualquier elemento que surja aunque agradable debe dejarse que se desvanezca, pues lo único que nos interesa es el objeto de meditación.

Lo que busca la meditación vipassana es comprensión en diversos grados y etapas, y de la comprensión nace la libertad. Con la práctica de esta meditación el adepto budista comenzará a tener de si mismo y del mundo una nueva imagen, su percepción de los detalles será cada vez más aguda y apreciará la estructura sutil del Universo. Luego de un tiempo muy variable, que puede ir de horas a vidas enteras, la comprensión llegará a eliminar los últimos rastros de ignorancia y se alcanzará la completa iluminación.

Como vemos la meditación conduce a la liberación del sufrimiento y por ende a la liberación final, nos queda preguntarnos si esta liberación ¿es una experiencia psicológica, es una experiencia metafísica o es una experiencia mística? Desde el plano conceptual desde el que nos manejamos pienso que hay argumentos tanto para afirmar como para rechazar las distintas posturas. Es precisamente en esto que la figura de Buda resulta revolucionaria para su tiempo y podríamos decir hasta nuestros días, pues su mensaje se centra en una metodología a seguir, alcanzada la experiencia final, vivida por nosotros mismos la liberación, sabremos de qué se trata.

© los autores

Creative Commons License by-nc-sa 2.5
Valido HTML 4.01! Para todo navegador! Editora/Webmistress
Paola Raffetta