Transoxiana 14
Agosto 2009
Index 14
ISSN 1666-7050
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Transoxiana 14 |
En la primera parte de esta obra, a modo de marco teórico, el autor trata de realizar una primera aproximación a una "teoría crítica latinoamericana" de las Relaciones Internacionales. Disciplina esta cuyo cuerpo teórico nació -como en su momento la antropología- en los países centrales con fines implícitamente coloniales, según señala el autor. Por tal motivo, la presente obra de síntesis trata de ensayar nuevas categorías analíticas que permitan pensar la disciplina con autonomía conceptual.
La tesis central de la obra "La insubordinación fundante", es que todos los procesos emancipatorios exitosos resultaron de una conveniente conjugación de un eficaz impulso estatal con actitudes de insubordinación ideológica hacia el pensamiento dominante. Para comprobar esa tesis central se analiza casos de construcción del poder nacional en los Estados Unidos, Alemania, Japón y China. Y se analiza cómo esos países, en su momento periféricos, lograron abandonar la condición periférica, construir un formidable poder nacional y convertirse en países efectivamente autónomos. Es preciso aclarar que en la acepción del autor, el concepto de Periferia adquiere un doble significado. Constituye, por un lado, una perspectiva; por el otro, un contenido.
De manera general el autor se el autor se sitúa en el ámbito de la escuela realista, de Hans Morgenthau y Raymond Aron. Coincide con ellos en que son las condiciones reales de poder las que determinan el poder de las naciones. Esas condiciones incluyen la cultura de una sociedad, su psicología colectiva, su moral y su carácter nacional. El autor ensaya, desde allí, la elaboración de un verdadero realismo periférico, que a su entender se constituye en un verdadero "realismo liberacionista". Sostiene que si contemplamos la historia de las relaciones internacionales desde la Antigüedad oriental hasta nuestros días, observamos que se caracterizan por ser relaciones de subordinación. En ellas se diferencian pueblos y estados subordinantes y pueblos y estados subordinados. Este hecho lleva a la formación en cada período histórico de un sistema centro-periferia, producto natural de las asimetrías de poder entre los componentes del sistema, en el que provienen del centro las directrices regulatorias de las relaciones internacionales y hacia el centro se encaminan los beneficios. Cierto es que las características que determinan el poder de los estados y las relaciones centro-periferia cambian históricamente, pero las asimetrías de poder siempre provocan que la periferia quede constantemente sometida a las normas regulatorias que emanan del centro del poder, sea este regional o mundial.
Generalizando esta visión histórica el nuevo libro busca demostrar que, para comprender los procesos en curso, es necesario un apropiado sistema de nuevas categorías. Entre tales categorías hace hincapié en cuatro: la de "umbral de poder", que determina el poder mínimo necesario para superar la condición periférica, la de "estructura hegemónica", la de "subordinación ideológica", y la de "insubordinación fundante". Presenta luego su teoría de la insubordinación fundante y del impulso estatal. A tal efecto analiza, críticamente, los exitosos procesos de industrialización logrados en el curso de la historia por los mencionados países (Estados Unidos, Alemania, Japón y China) y muestra como la superación de la condición periférica, en todos los casos, dependió de una "insubordinación ideológica" -- es decir, de una vigorosa contestación al pensamiento dominante conjugada con adecuado impulso estatal.
Finalmente aporta su obra una reflexión acerca de la posibilidad y necesidad que tienen los países de América del Sur de realizar su propia insubordinación fundante. Se trata a mi juicio de un libro valioso, impulsante a la vez que realista, capaz de nutrir argumentalmente una diversidad de proyectos de transformación sociopolítica.
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